Gran parte de la generación Millennial llora hoy la pérdida de Álex Casademunt. El que fuera uno de los primeros triunfitos, perdió anoche la vida en un accidente de tráfico en Mataró.
Álex, ese chico rubio de sonrisa permanente, se metió en nuestras casas a través de la televisión y se hizo querer por todos los que estábamos viéndole desde el sofá. El chico risueño de ojos azules que se comía la cámara y al que la cámara adoraba.
Siempre pegado a su guitarra, disfrutando de la música y haciendo de ella su compañera de vida. Han sido muchos los que hoy escribían mensajes sobre Álex, mensajes que han salido en redes sociales, televisión y radio. Todos y cada uno de ellos emocionantes y llenos de sentimiento. Yo me quedo con el comienzo del mensaje de una de mis mejores amigas, actriz y bailarina, Rocío Riber que decía así: “No estamos preparados para no volver a ver a las personas que queremos. No me lo creo todavía, lloro y mucho, mi amigo bonito. Quiero hablar contigo y que me digas ‘Culinchi que es mentira, la prensa ya sabes’, pero no estás amigo. No asimilo que nos hayas dejado así, tan de repente. Te voy a echar mucho de menos, me sangra el corazón.”
Gracias a ella he podido ver un poquito esa faceta de la que tanto se está hablando hoy y he de decir que es una maravilla que hayas compartido esos momentos con una sonrisa y alguna risa entre lágrimas.
La noticia llega el día que empecé a perder a mi padre y casualidades de la vida que una de las canciones que más nos gustaba cantar era “Dos hombres y un destino”, canción que versionábamos y a la que le cambiábamos la letra. El chaval nos caía bien y no le conocíamos. No obstante, viendo la huella que ha dejado en mi amiga Rocío, tengo claro que en el otro Operación Triunfo de la vida se alzó con la victoria. El de generar un amor sincero y real en las personas. Estoy segura de que tanto él como mi padre se marcarán un buen dúo de bienvenida ahí arriba.
Querido Álex, te diría que descanses pero viendo la energía que rebosabas y la vida que desprendías prefiero decirte que la líes mucho ahí arriba.
Un beso enorme de Madrid al cielo.
