La mejor noticia para el Real Madrid en este verano, será, sin lugar a dudas, la renovación de Sergio, central incuestionable, capitán y brazalete de la Selección junto a Iker y Andrés Iniesta. Sergio es uno de esos futbolistas que han marcado época en el fútbol español e internacional gracias a sus excelentes cualidades físicas y, en especial, a sus bien amuebladas neuronas. Desde que nació al balompié en el Sevilla, no ha pasado un año en el que no haya destacado y sus diez temporadas con la camiseta del Real Madrid dan la medida de los límites inexistentes de un futbolista de tronío, de alto sentido táctico, con dotes de liderazgo, respetado por compañeros y rivales y admirado por aficionados del mundo entero pero, también valorado al máximo por todos sus entrenadores. Tanto para Benítez como para Del Bosque, es pieza fundamental.
Con su edad, garantiza un excelente recorrido de futuro, más experiencia, más sabiduría para sacar partido a su generalmente impecable colocación, a su sentido táctico y a esos arreones que lo han caracterizado tanto por sus galopadas como por los taconazos que usa para desbordar o las apariciones milagrosas en el área rival para cabecear directamente a la red.
Sergio Ramos no puede ser jamás un problema sino una satisfacción y, por ello, el madridismo estará feliz de que se quede mientras se evita otro escándalo indeseado e innecesario. Su renovación hasta 2020, supone un alivio para sus seguidores, temerosos de ver a otro símbolo en la acera de enfrente, y para todo el fútbol español, que descansa en una columna vertebral de la que Sergio es parte imprescindible. Su firma garantiza una alegría y evita otra decepción.